Cecilia no busca. Ella ni busca ni encuentra. La vida le sucede. Puede parecer que no hace más que sufrir y que es una víctima. No lo es. Cecilia no pretende decir ni enseñar nada a nadie. No la encontrarás en las redes sociales ni tampoco en un garito de moda. Algunos dirán que su existencia es aburrida y que está totalmente desequilibrada. Tiene amigas imaginarías que además son escandinavas y no hablan su mismo idioma. Vive en París, pero alejada del glamur, de los Campos Elíseos y de la Torre Eiffel. Proviene de una familia conservadora de Madrid pero tiene una novia feminista francomagrebí. Cecilia vuelve a Madrid para solucionar un problema familiar. ¿La quieres acompañar? Pon tu móvil en modo avión y olvida todo lo que acabas de leer.