Como obra primigenia en esta materia para el español, el Tratado alemany influyó decididamente en otra obras contemporáneas, como la Gramática de la RAE de 1920, en la cual se incluye por primera vez un capítulo dedicado a la formación de palabras, en el que se recogen los tres procesos que Alemany reconoció en su trabajo: la derivación, la composición y las parasíntesis. El alcance del Tratado se extendió más allá de la época de su autor y ha estado presente en un gran número de trabajos que, durante estos cien años, se han ido publicando sobre formación de palabras en español.